En
el año que termina estalló en Europa el mayor flujo migratorio desde la Segunda Guerra Mundial y el Banco Mundial estimó que en el
planeta hubo un
nivel récord de 250 millones de migrantes.
En
las corrientes migratorias de América Latina hacia Estados Unidos
hubo tendencias novedosas.
La
Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) reportó que más de 10 mil menores migrantes no acompañados cruzaron la frontera
mexicana hacia Estados Unidos entre octubre y noviembre, procedentes
de países centroamericanos, un aumento de 106 por ciento en relación
con el mismo periodo del año pasado.
Una
novedad en esta oleada, dijo The New York Times el
26 de noviembre, es que los migrantes, que huyen de las pandillas y
la violencia centroamericana, en lugar de esconderse de la Patrulla
Fronteriza, como era tradicional, ahora buscan a los agentes para
pedir protección y emprender la batalla legal por su residencia.
El
centro de investigación Pew
Research dijo en un estudio que, por primera vez en décadas,
migrantes mexicanos abandonan Estados Unidos para regresar a su país,
empujados por la crisis económica estadunidense y el impacto de las
deportaciones.
Entre
2009 y 2014 un millón de mexicanos volvieron a su patria, mientras
que en el mismo periodo solo 870 mil tomaron rumbo al norte, dijo el
informe.
Rubén
Hernández-León, director del centro de estudios mexicanos del
departamento de Sociología de la Universidad de California en Los
Angeles (UCLA), dijo a la Afp que la crisis de los últimos años
pegó duro en industrias que se beneficiaban principalmente de mano
de obra latina. “El ejemplo clásico es el de la construcción”.
El
Instituto de Política Migratoria de Washington informó, a su vez,
que entre 2010 y 2014, 800 mil personas de los países del Triángulo
del Norte (Guatemala, Honduras y El Salvador) han sido deportadas
desde México y Estados Unidos.
“Ellos
y sus familias pueden quedar agobiados por deudas después de haber
pagado entre 4 mil y 7 mil dólares a contrabandistas, tienen pocas
habilidades que podrían ayudarlos a encontrar empleos y muchos son
devueltos a barrios inseguros y escuelas controladas por las
pandillas de las que trataron de huir en primera instancia”.
Pero México ya deporta más centroamericanos que Estados Unidos. Y ahora Centroamérica es escenario de una crisis surgida por otra corriente de migrantes: los cubanos
Además
de los resortes tradicionales de la migración, los informes sugieren
que también en esta parte del mundo la violencia se ha expandido
como fuente adicional de los desplazamientos y las políticas
públicas están rebasadas o simplemente no existen.
Testimonios
de estas novedades son los migrantes mexicanos que vuelven a su país
en la temporada navideña en caravana, juntos y con protección policiaca, ante el temor de un
asalto.
Y también lo son las madres centroamericanas que recorren
sitios clave de México en la búsqueda de sus familiares,
desaparecidos en este país en la ruta hacia el norte.
“Los
últimos años se han caracterizado por un mayor número de
complejidades, por situaciones que si bien no son totalmente
novedosas (...), de pronto adquieren un carácter de crisis
humanitaria", dijo en una entrevista Jorge Martínez,
especialista en migraciones de la Comisión Económica para América
Latina y el Caribe. En el fondo, opinó el experto, ese panorama
surge de la falta de acciones concretas de los Estados.