martes, 25 de enero de 2022

Presentación de 'Cuba. El futuro a debate'

    (Presentación de mi libro Cuba. El futuro a debate, el 22 de enero de 2022, en la Casa Refugio Citlaltépetl de la Ciudad de México)


Quiero dedicar estas palabras a la memoria de tres compañeros.

A Javier Valdez, a quien hemos recordado en el Memorial que lleva su nombre en esta Casa. 

A Miroslava Breach, quien como Javier nos ha dejado un ejemplo de entrega al oficio. 

Y a Josetxo Zaldua, con quien compartí largas discusiones sobre Cuba y quien respaldó desde el primer momento la edición del libro.

Agradezco en todo lo mucho que vale la presencia de ustedes. Salir en una mañana de sábado invernal, en plena pandemia, como dicen en Cuba, no es nada fácil.

Pero, como dicen en México, a los amigos se les conoce en la cárcel, en la enfermedad y en las presentaciones de libros.





                                           Foto Mariana Domínguez


Agradezco la hospitalidad de la Casa Refugio Citlaltépetl, que honra su misión defensora de los derechos humanos, la migración y la libertad de expresión, ahora bajo la dirección de mi querida amiga María Cortina.

Y desde luego agradezco a quienes me acompañan en la mesa, mis colegas y queridas amigas de tanto tiempo, Blanche y Lourdes y a David, quien encabezó el espléndido trabajo de edición del libro. 



                                    Foto José Antonio López/ La Jornada


Es muy grato realizar esta presentación al lado de la figura señera de Gilberto Bosques, el recordado diplomático mexicano que salvó vidas en la Segunda Guerra Mundial y que, además, fue un testigo de excepción de la revolución cubana, desde su puesto de embajador en La Habana en una década decisiva para la isla, 1953-1964.


                                   Foto Casa Refugio Citlaltépetl


En la noche del 31 de julio de 2006 yo veía en mi casa de La Habana el noticiero nocturno de la televisión, cuando de pronto el locutor anunciaba que minutos más tarde se daría a conocer una “Proclama del comandante en jefe”.

En esa “Proclama”, Fidel Castro decía, en síntesis, que había tenido una grave crisis de salud y que delegaba sus cargos oficiales, de manera provisional, en su hermano menor, Raúl Castro.

Pero lo más interesante de la “Proclama” era lo que no decía. Entre otras cosas, que nunca antes, desde el triunfo de la revolución cubana, 47 años atrás, Fidel Castro había tenido que dejar el mando y que no estaba claro lo que ocurriría a partir de entonces.

Tras escuchar la “Proclama” tuve que escribir a toda prisa y contra el reloj, pues ya se aproximaba la hora del cierre en el periódico. 

Después de transmitir mi despacho salí a la calle a pasear a mi perra y, claro, a darle vueltas a la cabeza para intentar adivinar todo lo mucho que se venía por delante. 

De regreso encontré en una esquina un verdadero debate entre vecinos, que compartían mis dudas y cruzaban preguntas y conjeturas.

Al final del primer capítulo escribí en el libro: “Si algo se puede  percibir desde poco después de escuchar la “Proclama” es la sensación, a veces la confirmación explícita, de que los cubanos sienten entonces el momento crítico que interrumpe abruptamente la historia y abre un horizonte de incertidumbre. Saben que un momento así llegaría tarde o temprano, pero algo muy distinto es tomar conciencia de que esa misma noche ya están viviendo un futuro que antes parecía más o menos borroso”.

Ese futuro trajo un vertiginoso cambio en el conflicto con Estados Unidos, que fue desde el restablecimiento de relaciones diplomáticas a uno de los periodos más duros de hostilidad. Trajo también la crisis de Venezuela, aliado estratégico de la isla.

En lo interno sobrevino el relevo generacional en el mando, una apertura económica con avances y retrocesos y la explosión civil de una sociedad más observadora, más crítica, más activa, más expresiva y más demandante que antes, que ha puesto en el centro del escenario reclamos de libertades cada vez mayores.

En Cuba. El futuro a debate, el hilo conductor es la discusión sobre qué hacer con el rumbo del país, a partir de que nada puede ser como en los años ochenta. Una discusión que arranca con la caída del Muro de Berlín y que no ha cesado, por el contrario, ha tomado nuevas rutas e intensidades.

Esta es la historia que tienen ustedes en sus manos.




Aquí el video de la presentación, gracias a la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México 👉 https://bit.ly/3rLqJDj 


Aquí, reseña de la presentación por mi compañera de La Jornada Alondra Flores Soto 👉 https://bit.ly/3H4JmIU