lunes, 18 de abril de 2016

"Mentalidad obsoleta" en Cuba

La “mentalidad obsoleta” es “el principal obstáculo que conlleva a la inercia o a la falta de confianza en el futuro”, dice la resolución del VII Congreso del Partido Comunista de Cuba sobre el 
El acuerdo recoge así la parte del discurso en la que Castro se inconformó con el desempeño de sus dirigentes en la ejecución de la reforma (errores de previsión y de ejecución, retrasos en la aplicación de medidas, iniciativas que se quedaron cortas y otras que no midieron el balance de costos y beneficios).
En su informe, el presidente cubano y líder del partido había ofrecido más pistas: “No han faltado, como era lógico esperar, sentimientos de nostalgia hacia otros mo­mentos menos complejos del proceso revolucionario, cuando existían la Unión Soviética y el campo socialista. En el otro extremo han estado presentes aspiraciones enmascaradas de restauración del capitalismo como solución a nuestros problemas”.
Si Castro toma distancia de ambos extremos, en la práctica también sugiere una tercera posición, la suya propia.


Miguel Díaz-Canel, el lunes 18 de abril, en el VII Congreso del PCC. Foto Granma

Quizás por eso la resolución del Congreso dice que la “conceptualización del modelo” cubano y el plan de desarrollo para los próximos tres quinquenios, permitirán “buscar el consenso necesario”. 
A reserva de esperar detalles, esta fotografía de las pulsiones internas en la dirigencia se perfila como una de las novedades importantes de este Congreso.
En la pista siempre relevante del lenguaje gestual, el primer vicepresidente Miguel Díaz-Canel Bermúdez, quien cumplirá 56 años el próximo miércoles, fue el encargado de presentar a la plenaria el proyecto de resolución más importante del Congreso. Una clara señal de que, por lo menos, mantendrá su asiento en el Buró Político.


sábado, 16 de abril de 2016

Claves de Raúl Castro

En el informe al VII Congreso del Partido Comunista de Cuba (PCC), Raúl Castro expuso sus ideas clave sobre el presente y el futuro de la isla.
-Desigualdad social. Punto subyacente en tramos del discurso. La protección de los más pobres, dijo el presidente cubano, condiciona la velocidad de la reforma. El salario, a pesar de su incremento nominal, aún es insuficiente.
-Fallas de la reforma. Habló de errores de previsión y de ejecución, incluso en la comisión encargada de diseñar los cambios.
Hubo retrasos en la aplicación de algunas medidas, iniciativas que se quedaron cortas y otras que no midieron el balance de costos y beneficios. 
Puso un ejemplo en el que el peso de la decisión se quedó en un papel y "cada quien hizo lo que quiso”. 
-China y Vietnam. Castro reconoció a esos países como ejemplos al menos parciales del proyecto cubano. Dijo que las reglas de la oferta y la demanda no están reñidas con la planificación, como en esos casos. La isla tendrá en cuenta "experiencias de otros países".
-Límites del mercado. La empresa privada, dijo Raúl Castro, es complemento en la economía, pero se requiere fijarle límites bien definidos. El Estado no puede quedarse de "brazos cruzados" ante el afán de ganancia. El mandatario no entró en detalles y dejó así abierta una de las grandes interrogantes de la reforma.  


Presidencia del VII Congreso del PC de Cuba. Foto Granma

-Partido único. No hay cambio. El monopolio del PCC y la definición de "irrevocable" del sistema se mantendrán en la prevista reforma constitucional, dijo Raúl. Pero evocó una crítica que ha hecho a su partido desde que asumió el liderazgo interinamente hace una década y que aún se ve obligado a plantear: hay que "suprimir la falsa unanimidad".
-Límites al mandato. Castro ratificó su idea de limitar los mandatos en el partido único y en el gobierno, en un país que ha tenido un liderazgo nacional y carreras que consumieron décadas. Reiteró que dejará la jefatura de Estado y de gobierno en 2018. Ratificó su propuesta de fijar un máximo de dos periodos de cinco años para los altos cargos y agregó un candado: hasta 60 años para ingresar al Comité Central del PCC y hasta 70 años para tener un cargo dirigente. Si esa regla se aplicara en este Congreso, el Buró Político tendría que cambiar casi por completo: nueve de sus actuales 13 miembros son más que septuagenarios.
-Debate posterior. El presidente anunció que dos de los documentos base del Congeso (conceptualización del modelo y plan de desarrollo) serán discutidos por  militantes, organizaciones sociales y sectores de la población. Parece una réplica a críticas de miembros del partido por la falta de una previa discusión abierta de las ponencias, que esta vez quedó sólo en manos de los delegados. En contraste, antes de la celebración de otros congresos hubo polémica abierta a la sociedad.
-Símbolo Fidel. En un país de acentuado culto a los símbolos, hubo novedades en la iconografía. En el VI Congreso, en 2011, desaparecieron las imágenes que habían presidido los congresos anteriores, las de algunos héroes nacionales y líderes del comunismo internacional. En este VII Congreso reaparecieron esos rostros, al que se le agregó uno, de mayor tamaño que el de los demás: el de Fidel Castro.
Aquí el texto del informe

miércoles, 13 de abril de 2016

Motín en la frontera

La bomba que estalló en la frontera entre Costa Rica y Panamá este miércoles se gestó durante meses.
Empezó en noviembre del año pasado. cuando aún miles de cubanos estaban atrapados en Costa Rica, tras el cierre de fronteras en Nicaragua.
En enero de 2016 arrancó el traslado aéreo de los varados desde Costa Rica hasta la frontera mexicana con Estados Unidos, por acuerdo de los gobiernos de la región.
Esa emigración VIP de cubanos fue una afrenta para centroamericanos y mexicanos que viven exactamente la experiencia contraria en la misma ruta, en su caso con saldos de deportados, heridos, mutilados y muertos.
Pero, además, el corredor aéreo mostró el camino a otros cubanos rezagados: la presión en alguna de las fronteras centroamericanas, para alcanzar con un poco de suerte, y la obsecuencia de los gobiernos del área, uno de esos vuelos mágicos desde algún punto centroamericano hasta Ciudad Hidalgo, en el sur de México, o directamente a Nuevo Laredo o Ciudad Juárez, a unos pasos de las garitas migratorias estadunidenses.



Campamento de cubanos en la frontera Costa Rica-Nicaragua, en noviembre de 2015. Foto Ap


Para marzo pasado la prensa regional ya reportaba miles de cubanos procedentes de Ecuador, vía Colombia, agolpados en Puerto Canoas, lo que había dado lugar a un foco de tensión en ese pequeño puesto fronterizo binacional.
Este miércoles 13 de abril hubo una manifestación en territorio panameño y luego la irrupción en Costa Rica, a la que se sumaron africanos y asiáticos, según los reportes de prensa.
Un día antes, el martes 12, los gobiernos centroamericanos, más México y Estados Unidos, y en ausencia de Cuba y Nicaragua, habían vuelto a revisar el conflicto, ahora en su expresión en Panamá.
La única novedad sobre la situación precedente fue que Costa Rica ya cerró su frontera a los cubanos y no hay más planes de vuelos VIP.  El motín fronterizo fue la respuesta.
La ruta de los migrantes cubanos se origina, como las de decenas de países atrasados en el mundo, en el ánimo de sectores de la población de buscar mejores horizontes de vida. Se lubrica con la Ley de Ajuste Cubano de Estados Unidos, una franca invitación al tránsito ilegal, al aceptar sin visado a los originarios de la isla.

A esos dos extremos ahora se le suma la escala centroamericana, que ya va para medio año de conflicto continuado.

lunes, 11 de abril de 2016

AL: otro año tenso


El fin de semana la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal)
y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) ajustaron su pronóstico de crecimiento del año, con una previsión de retroceso general y fuertes caídas en algunos países. Lo mismo hizo este martes el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Los tres organismos explican el panorama más o menos por causas similares: el entorno global, en el que persiste el bajo crecimiento de los países desarrollados, una fuerte pérdida de velocidad en economías emergentes, sobre todo China, la tormenta financiera que no cesa y -un renglón decisivo en esta región- los bajos precios de las materias primas, en particular hidrocarburos y minerales.
A este entorno se suma el debilitamiento del consumo interno en los países de la región y la caída de la inversión.


                                              Bolsa de Sao Paulo. Afp

Del pronóstico detallado que ofreció la Cepal, brincan estas novedades:

  1. El peso de la caída está en el sur. El retroceso del producto en Sudamérica será, según la revisión ajustada, de -1.9 por ciento.
  2. A Venezuela, sumida en la recesión (-6.9 por ciento en pronóstico revisado) se suma el giro de Brasil, que tendrá un retroceso de -3.5, quizás el impacto más significativo en la región.
  3. Centroamérica se mantiene como la única subregión con crecimiento, un notable 3.9 por ciento de promedio, pero con altos desempeños como los de Panamá (6.2, el mayor de la región) y Nicaragua (4.6) y con todos los países en números negros.
  4. Hay dos llamativos retrocesos en el Caribe. Uno es el de Surinam, que tiene un drástico ajuste a la baja de 2.2 el año pasado a una previsión de 0.5. El país tiene una alta dependencia de dos commodities en baja, aluminio y petróleo y ahora está en una intensa campaña de promoción del turismo.
  5. El otro caso es Cuba, con una previsión de 2 por ciento para 2016, desde un 4 por ciento el año anterior, la mayor revisión a la baja en toda la región. Quizás sea ya reflejo del derrumbe venezolano (principal socio comercial, con peso decisivo en el suministro de petróleo y compra de servicios). También puede indicar que ni el mercado interno ni la inversión local y extranjera ni el boom del turismo tienen por ahora la fuerza para remontar el retroceso. 
                                                   Turistas en La Habana. Ap

lunes, 4 de abril de 2016

Panamá: papeles y listas


El escándalo de Los Papeles de Panamá estalla apenas un mes y medio después de que el país centroamericano salió, junto con Argelia y Angola, de la lista gris de naciones en entredicho por su fragilidad ante el lavado de dinero.
En su más reciente reunión, el Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI) 
aprobó el desempeño del país y anunció que dejaría de someterlo a su monitoreo.
El GAFI es un mecanismo intergubernamental de supervisión, creado por el Grupo de los Siete en 1989.
En su plenaria en París, en febrero pasado, el GAFI reconoció “progresos significativos” de Panamá, al establecer “el esquema legal y regulatorio para cumplir sus compromisos” respecto a las “deficiencias estratégicas” que el Grupo señaló en junio de 2014, cuando puso al país en la lista gris.
Una clave del cambio fue la aprobación de una ley antiblanqueo en 2015, que además de medidas contra el lavado y el financiamiento al terrorismo, regula operaciones de entidades vulnerables como casinos, despachos de abogados e inmobiliarias.


                                            La Ciudad de Panamá. Foto Afp

Tras la reunión de febrero, los países bajo sospecha mundial se redujeron a 13, relacionados por colores, según su grado de riesgo.
En la lista roja quedaron Irán y Norcorea, frente a quienes el GAFI llama a tomar contramedidas de protección financiera. Las listas negra y gris oscura quedaron vacantes, al salir Myanmar y Laos, respectivamente.
En la lista gris quedan un país latinoamericano, Guyana, y Afganistán, Bosnia-Herzegovina, Irak, Papua Nueva Guinea, Siria, Uganda, Vanuatu y Yemen, además de Myanmar y Laos, que fueron reclasificados.
La diferencia con las otras listas es que los grises identifican y reconocen sus defectos, pero actúan con el Grupo para resolverlos.
Estar en cualquiera de las listas del GAFI es una lápida sobre las finanzas de un país. En distintos grados se le dificulta la inversión y el crédito y sobre todo es una permanente sombra de sospecha. Panamá cabildeó con fuerza su salida de la lista.
Pero las pistas ahora reveladas sobre operaciones opacas y potencialmente ilícitas durante más de tres décadas, giran de nuevo los reflectores hacia el país, que está a punto de inaugurar la ampliación del Canal y, según las previsiones, volverá a ser en 2016 el líder de crecimiento en América Latina (más del 6 por ciento), muy por encima del promedio regional (0.2).