lunes, 27 de febrero de 2023

AMLO, complaciente con Ortega

 

  El presidente Andrés Manuel López Obrador ofreció nacionalidad y asilo a los nicaragüenses desterrados y al mismo tiempo confirmó que ha decidido ser complaciente con Daniel Ortega.

  El miércoles 22 de febrero, en su conferencia diaria, López Obrador hizo una insólita referencia a Nicaragua, un asunto habitualmente ajeno a sus extensas intervenciones.

  Esta vez con sus comentarios, respuestas y silencios, AMLO describió su visión del caso.

  Informó que algunos desterrados nicaragüenses pidieron venir a México. “Todos los que quieran estar en nuestro país tienen las puertas abiertas y son bien recibidos” (…) “asilo, nacionalidad, lo que ellos quieran”, señaló.

  México se unió así a Argentina, España, Chile, Colombia, Ecuador y Estados Unidos, que han tendido la mano en diversas formas a los centenares de perseguidos por Ortega.



La ex comandante guerrillera Dora María Téllez, en el destierro en Estados Unidos, en febrero de 2023. Foto tomada de la cuenta de Twitter de Wilfredo Miranda @PiruloAr 



Cristiana y Pedro Joaquín Chamorro, junto al autor de la foto, el gerente del diario 'La Prensa', Juan Lorenzo Holman, en el avión que los lleva al destierro en Estados Unidos, el 9 de febrero de 2023


  México fue una retaguardia simbólica de la revolución sandinista desde que el presidente José López Portillo rompió relaciones con la dictadura de Anastasio Somoza, el 20 de mayo de 1979, dos meses antes del triunfo insurreccional.

  Pero, ahora, el presidente mexicano expuso su intención de no tocar con el más mínimo adjetivo ni la más elemental acción a la nueva dictadura nicaragüense.

  López Obrador mostró una carta a Ortega, del 1 de diciembre pasado, en la cual reitera una oferta que, dice, ya había hecho por vía diplomática: que la ex comandante Dora María Téllez fuera excarcelada y enviada a México, “evitando fines propagandísticos, protagónicos” y por “razones humanitarias”. 



El presidente Andrés Manuel López Obrador lee, el 22 de febrero de 2023, una carta que envió a Daniel Ortega en diciembre de 2022. Imagen tomada de la transmisión en vivo


  Sugiere que esa fórmula sirva para otros de los detenidos e insiste en un movimiento discreto, sin impacto público.

  La delicadeza del trato por escrito se estrelló con la reacción de Ortega: ni siquiera contestó la carta.

   En la conferencia López Obrador dijo que le entristece la “división” en el sandinismo; que ha buscado “un acuerdo” y la liberación de los presos; no quiere distanciarse de Managua para “ayudar en la reconciliación” y buscar “la unidad”; que las relaciones bilaterales son “normales” y mantendrá una actitud “responsable y prudente”. 

  AMLO, que ha opinado con amplitud sobre la situación interna de Argentina, Bolivia o Perú, evitó ahora la menor expresión sobre Nicaragua.

  -¿Ortega violó los derechos humanos, presidente? -le preguntaron.

  -¿Por qué no vemos la carta? No me voy a enganchar… -respondió el mandatario.

  El 1 de diciembre de 2022 Ortega ya se había hecho reelegir en medio de una represión masiva, con siete candidatos presidenciales y decenas de activistas presos y un virtual estado de excepción, de todo lo cual AMLO no dijo nada en la carta ni de otra forma conocida.

  El presidente mexicano evoca una “división” del sandinismo, que en realidad ocurrió hace un cuarto de siglo y es irreversible. 

  Habla de buscar un “acuerdo” o una “reconciliación”, pero no ofrece señales sobre cómo hacerlo con un régimen que excarceló presos políticos, pero intenta borrarlos del mapa al desterrarlos, despojarlos de su nacionalidad, de sus bienes materiales y hasta de su pensión a los ya jubilados, aún mantiene a más opositores en sus cárceles, en una de las cuales murió Hugo Torres, ex comandante sandinista y ha extendido las represalias a los opositores que ya estaban exiliados. 

  Tampoco cuenta cómo dialogar cuando en Nicaragua no hay libertad de expresión, de prensa o de manifestación ni siquiera religiosa y la ley es la que dictan la policía y los paramilitares.

  Algo podía saber López Obrador de la situación en Nicaragua, después de que México votó a favor de la resolución del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, del 31 de marzo de 2022, que es un amplísimo memorial sobre la represión y el autoritarismo en el país centroamericano.

  Pero el mismo gobierno mexicano se ha abstenido en sucesivas manifestaciones de la Organización de Estados Americanos sobre Nicaragua (12 de agosto de 2022, 23 de febrero de 2023) y ahora muestra una actitud de complacencia con el autócrata.

  El gesto humanitario de auxiliar a los desterrados coexiste, así, con la ambivalencia política.



viernes, 10 de febrero de 2023

EU, Nicaragua, Cuba, Vaticano: se habla de presos…

 


  El Departamento de Estado y Daniel Ortega sostienen con dificultad que no hubo negociación para excarcelar a 222 presos políticos en Nicaragua y enviarlos a Estados Unidos.





Juan Lorenzo Holmann Chamorro, gerente del diario La Prensa, llega al hotel Westin de Herndon, Virginia, Estados Unidos, el 9 de febrero de 2023. Foto Afp


  Esa versión inverosímil en realidad se basa en una fórmula vieja: hay negociación, pero las partes lo niegan, porque no quieren que cuente como cesión en un ambiente bilateral tenso, que pudiera llegar a la mesa de diálogo.

  Al principio de la Guerra Fría, Estados Unidos y la Unión Soviética aplicaron la fórmula. No tenían que reconocer nada, el trato secreto terminaba con dos individuos caminando en sentido contrario, en medio de la bruma sobre el puente Glienicke en Postdam o bajo los reflectores en el aeropuerto de Viena.

  Más cerca en el tiempo y en la geografía, en 1979 Cuba logró la liberación de cuatro independentistas puertorriqueños presos en Estados Unidos, que habían disparado al aire en el Capitolio para acompañar consignas insurgentes.

  A cambio, Fidel Castro liberó a cuatro estadunidenses acusados de espionaje en la isla. Ambas decisiones fueron simultáneas y formalmente unilaterales.




Portada de The New York Times del 2 de marzo de 1954, con la noticia principal de la detención de los independentistas puertorriqueños.

  En 2014, cuando Cuba y Estados Unidos intercambiaron agentes de inteligencia presos, para reanudar relaciones diplomáticas, la liberación de Alan Gross fue descrita como “gesto humanitario” de la isla. 

  La Habana condenó a Gross por un delito contra la seguridad nacional, pero Washington nunca reconoció que fuera un espía o agente subversivo, sino un empleado civil para distribuir equipos de conexión a internet entre comunidades judías.

  Como se le vea, la excarcelación de los presos políticos nicaragüenses es un giro de altísima relevancia en favor de los derechos humanos en la región. 

  También en dimensión es trascendente. En América Latina una excarcelación de ese tamaño no había ocurrido desde que, a lo largo de unos diez meses, entre 1978 y 1979, Fidel Castro permitió la salida de más de tres mil opositores a Estados Unidos.




Dora María Téllez, la ex comandante Dos del Frente Sandinista, en Estados Unidos, el 10 de febrero de 2023. Foto tomada de la cuenta de Twitter de Wilfredo Miranda @PiruloAr



  Ortega expidió a toda prisa pasaportes nuevos para todos, pero aún tuvo la sevicia de hacer aprobar, también a toda prisa, una reforma constitucional que quita la nacionalidad a los desterrados.

  Para Estados Unidos, la liberación es un “paso constructivo” que “abre la puerta a la discusión de otros asuntos de mutua preocupación” y fue resultado de un “esfuerzo concertado” del Departamento de Estado, dijo el jueves 9 el vocero Ned Price. Washington permanece “comprometido con un diálogo” con Ortega.

  “No estamos pidiendo que nos levanten las sanciones, no estamos pidiendo nada a cambio”, dijo a su vez Ortega, cuando quizás de forma inconsciente tuvo que verbalizar el telón de fondo de este episodio.

  Algo hay que esperar en la relación bilateral.

  Horas antes se sabía de otras gestiones por otros presos.

  El cardenal Beniamino Stella, quien era nuncio apostólico cuando el Papa Juan Pablo II visitó Cuba en 1998, estuvo en la isla por los 25 años de ese viaje.




El cardenal Beniamino Stella y el presidente cubano Miguel Díaz-Canel, el 8 de febrero de 2023 en La Habana. Foto Estudios Revolución/ Granma


  Al final de su gira, el miércoles 8, dijo a periodistas que el Vaticano se interesa por la liberación de los cientos de presos detenidos a raíz de las manifestaciones populares del 11 de julio de 2021 y posteriores.

  Consultado sobre una posible amnistía, Stella dijo estas reveladoras palabras: “La Iglesia desea, busca, ha manifestado este propósito (amnistía)…Creo que el tema está allí sobre la mesa... El Papa desea mucho que haya una respuesta positiva, como se llame, amnistía, clemencia. Las palabras pueden ser también secundarias, pero es importante que los jóvenes que en un momento han manifestado su pensamiento... puedan volver a sus casas”.

  No es extraña la petición. Tres papas visitaron Cuba y el gobierno los recibió con sendos indultos masivos, que han incluido a opositores. Por gestión de la Iglesia Católica fueron excarcelados los del disidente grupo de Los 75, detenidos en 2003.

  Stella también abogó por un diálogo interno en la isla y entre Cuba y Estados Unidos.

  El presidente cubano Miguel Díaz-Canel agradeció los esfuerzos del Vaticano para un entendimiento entre la isla y Washington y expuso a Stella su intención de "seguir construyendo con mutuo beneficio" caminos para "la solución de las expectativas de ambas partes".


 








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