lunes, 26 de junio de 2023

Desinterés, desconfianza y otros retos del periodismo digital

 


  El interés por las noticias ha caído en un importante sector de consumidores de información en los últimos años, según el más reciente sondeo Digital News Report (DNR), que elabora desde hace una década el Instituto Reuters de la Universidad de Oxford.

  La edición 2023 del informe incluyó datos de seis continentes y 46 mercados, con más de 93 mil encuestados. Las gráficas son originales del DNR.






  En ese universo, el interés por consumir noticias se redujo del 63 por ciento en 2017 al 51 por ciento en 2022, según el informe. Menos de la mitad de los encuestados (47 por ciento) dicen estar muy o extremadamente interesados en las noticias. En 2015 era el 67 por ciento.

  Sin embargo, el estudio encontró que ha crecido lo que llama “evasión selectiva”, es decir, la de quienes evitan las noticias sólo por ciertos periodos.

  Quienes decidieron evitar las noticias se quejan de la saturación de temas (covid-19, política) o de un efecto negativo en su estado de ánimo, se sienten abrumados con la cantidad o no tienen confianza en las informaciones.

  Este cambio de actitud de quienes eran habituales de periódicos o noticieros y ahora se alejan de esas fuentes, fue el principal hallazgo del informe del año pasado.

  Ese descubrimiento de 2022 provocó “un potente debate en torno a la naturaleza exacta de la evasión de noticias y este año hemos explorado más a fondo esta cuestión y, también, qué se puede hacer para abordarla”, dice el DNR.

  El informe reconoce que no hay una respuesta sencilla al fenómeno, pero sugiere que pudieran servir “los enfoques menos sensacionalistas, menos negativos y más explicativos, especialmente para quienes tienen escaso interés en las noticias”.

  Entre quienes consumen reportes periodísticos, la confianza en lo que leen, escuchan o ven también se ha reducido, según el estudio. En promedio, cuatro de cada diez personas confían en la mayoría de las noticias la mayor parte del tiempo.

  El público de Finlandia es el que más confianza tiene en sus medios (69 por ciento), en contraste con el de Grecia (19 por ciento). En México el indicador pasó de 49 por ciento en 2017 a 36 por ciento en 2023.







  Las grandes conmociones recientes, como la pandemia y la guerra en Ucrania, aceleraron los cambios hacia entornos mediáticos más digitales y móviles, con nuevos modelos de negocios, distintos tipos de narración y nuevas formas de distribución. El ingrediente principal es la innovación, la flexibilidad y un enfoque en las audiencias.

  El informe encontró que baja más aún la preferencia de los consumidores por iniciar su recorrido informativo en sitios web, portales noticiosos o aplicaciones de marcas periodísticas. Sólo lo hace el 22 por ciento de los encuestados en todos los mercados, un 10 por ciento menos que hace cinco años. La mayoría opta por las redes sociales, los motores de búsqueda o agregadores.

  El pago de suscripciones a medios noticiosos digitales aún se concentra en los países más desarrollados. El promedio en ese universo se mantiene en 17 por ciento por segundo año consecutivo, lo cual, plantea el informe, abre la pregunta de si la tendencia ya llegó al pico y entra en una fase de estabilidad. 

  El promedio de edad del suscriptor digital es de cerca de 50 años. Aún es un reto persuadir a los jóvenes que paguen. La principal tajada de las suscripciones digitales se concentra en pocos medios nacionales.

  La industria se sigue cimbrando con recortes de gastos, despidos de periodistas y reducción o cierre de ediciones impresas, por una mezcla de alza de costos y caída de publicidad mayores a lo previsto. El impacto también ha llegado a nativos digitales. En los últimos meses fueron notables los cierres sorpresivos de cabeceras importantes e innovadoras como BuzzFeed News y Vice Media.

  Facebook es aún una de las redes más empleadas, pero su protagonismo como referente informativo disminuye, a medida que reduce su tráfico de noticias, mientras crece la influencia de las plataformas audiovisuales. TikTok llega al 44 por ciento de las personas de 18 a 24 años en todos los mercados, con preponderancia en América Latina.





  La participación en debates en redes ha disminuido, después de una etapa de alta concurrencia (2016-2019). Ahora “una minoría de usuarios activos hacen la mayor parte del ruido”.

  Aumenta la cantidad de consumidores que se queja de contenido falso o engañoso en las redes (sólo sobre cambio climático, 35 por ciento en Estados Unidos). La proporción de consumidores que siente preocupación por distinguir entre falso y verdadero en las noticias online llegó a 56 por ciento en todos los mercados, dos puntos más que el año anterior.





  Crece el consumo de video noticioso, que requiere una mayor inversión de los medios, pero con rédito escaso en tráfico o ingresos. Disminuye el consumo de medios tradicionales, como la televisión y la prensa escrita, pero eso no se traduce en un aumento proporcional en los medios digitales.
















domingo, 11 de junio de 2023

Diplomacia mexicana a la hora del cambio

 




Quien remplace al ahora precandidato presidencial Marcelo Ebrard encontrará a la cancillería de México con serias debilidades.




Marcelo Ebrard anuncia su renuncia a la cancillería, para buscar la candidatura presidencial en México, el 6 de junio de 2023. Foto de la cuenta de Twitter @m_ebrard



  Cierto es que la política exterior la dirige el presidente, por mandato constitucional. Pero es igualmente cierto que quien encabeza la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) tiene la obligación de ofrecer a su jefe el menú de las mejores opciones.

  Ya son habituales en la conferencia mañanera de Andrés Manuel López Obrador los anuncios de política exterior que parecen espontáneos o mal planeados, lejos de la discreción a la que obliga la reciprocidad con otros Estados.

  Es posible, entonces, que la principal tarea del futuro o futura canciller sea disponer de la mayor capacidad disuasiva ante el mandatario, para persuadirlo de construir una política exterior para el último tramo de la administración. 

  Por la vía de los hechos, México aceptó ante Estados Unidos  la condición de “tercer país seguro” para migrantes, en distintas etapas y modalidades (“Quédate en México”, Título 42, Título 8).

  También asumió la función de vigilante adelantado de la frontera sur estadunidense. Una muralla de fuerzas combinadas de la Guardia Nacional y el Instituto Nacional de Migración se desplegó en el sureste mexicano para sofocar el flujo migratorio.

 



Efectivos de la Guardia Nacional, el Instituto Nacional de Migración y la Policía Estatal detienen a migrantes indocumentados en Tlaxcala. Informe y foto de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, el 7 de marzo de 2023


Ambas decisiones ocurrieron sin compensación de ningún tipo. México simplemente acató los requerimientos de Washington.

  En contraste, el presidente ha empleado su tribuna diaria para agitar en contra de agencias estadunidenses, del Departamento de Estado para abajo, aunque sin tocar la figura del jefe de la Casa Blanca, Trump o Biden.

  Por diversas causas, y en distintos grados de intensidad, surgieron conflictos innecesarios en este sexenio con  Panamá, Perú, la Comunidad del Caribe, España y Austria.

  La iniciativa multilateral de mayores pretensiones, una propuesta de paz para la guerra en Ucrania, fracasó antes de que los protagonistas la tomaran en serio.

  El plan pasó por dos versiones distintas en público, la del presidente y la del canciller, y nunca llegó a la negociación real entre las partes ni entre los propuestos mediadores.

  México ya perdió al hilo cuatro candidaturas a organismos internacionales: la Organización de la Aviación Civil Internacional (OACI, 2021)), la Organización Mundial de Comercio (OMC, 2021), la Organización Panamericana de la Salud (OPS, 2022) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID, 2022).

  Las propuestas mexicanas eran de profesionales con reconocida trayectoria y talento, pero naufragaron entre la improvisación y la falta de un efectivo despliegue diplomático.

  Otra parte del talento, activo histórico en la SRE, está desaprovechado por una causa distinta: el abuso en las designaciones discrecionales. En este sexenio ha sido mayor que otras veces el desplazamiento del Servicio Exterior, en particular en América Latina y el Caribe.

  Al negarse a entregar la presidencia pro tempore, México mantiene anulada en la práctica a la Alianza del Pacífico.

  Con la idea de desaparecer la Organización de Estados Americanos (OEA), el gobierno mexicano ha tomado la ruta de menospreciar el trabajo de la entidad hemisférica. La táctica tiene saldos perniciosos, como restarle peso a condenas al régimen de Daniel Ortega o los ataques de López Obrador a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.

  El presidente mexicano desestima la participación en foros internacionales. Rehusó asistir a la IX Cumbre de las Américas, donde pudo haber hecho resonar la voz del país en defensa de numerosos reclamos regionales ante Estados Unidos, incluso para protestar por lo que él mismo adujo para su ausencia: la exclusión de Cuba, Nicaragua y Venezuela en la cita.

  Tampoco ha participado en las reuniones presenciales del Grupo de los 20, donde México tiene un lugar y el mandatario puede encontrarse con sus colegas en los márgenes del encuentro. Era un típico escenario para negociar un proyecto como el plan de paz para Ucrania.

  López Obrador prefiere tratar por carta los asuntos que le importan, aunque mensajes suyos a líderes de Austria, China, España o Israel no han tenido respuesta conocida ni resultados.