jueves, 29 de octubre de 2015

Cuba-México: seguridad en el mar

El deshielo entre Cuba y Estados Unidos abrió la puerta para que ambos gobiernos amarren una zona de seguridad al norte del Golfo de México.
   Desde hace años Washington y La Habana comparten información antidrogas, incluso en operaciones en tiempo real, una herramienta privilegiada si se considera que Cuba está ubicada en el centro de una de las rutas del narcotráfico entre el sur y el norte del Atlántico.
  En la embajada estadunidense en la isla -y desde hace años en la anterior Sección de Intereses-  hay una oficina de enlace de la Guardia Costera, que ha tenido comunicación fluida con la Dirección Nacional Antidrogas del Ministerio del Interior cubano e incluso acceso a ciertas operaciones policiales en la isla.
   Hasta ahora la cooperación en este punto ha sido inestable, porque sólo se ejecuta con decisiones “caso por caso”. Pero la nueva situación permite ponerle piso firme con bases legales y duraderas.
   La franja marina entre los dos paíes, el Estrecho de la Florida, es la zona de operaciones de los guardacostas estadunidenses para rescatar balseros y devolverlos a la isla, según los acuerdos migratorios bilaterales vigentes.
   La seguridad marítima es uno de los primeros temas de discusión formal entre Cuba y Estados Unidos, como acordó la comisión binacional en su primera sesión, en septiembre pasado.
   En una señal de que avanza este punto, esta semana viajó a La Habana el subsecretario del Departamento de Seguridad Interna de Estados Unidos, Alejandro Mayorkas, el funcionario de origen cubano de más alto rango en el gobierno de Obama. Habló con el canciller interino, Marcelino Medina y el recién nombrado ministro del Interior, Carlos Fernández Gondín.
   Los reportes oficiales cubanos en ambos casos dijeron que se trató de ampliar  la cooperación, como parte del camino de normalización de relaciones.


   Si avanza, como parece, la idea de un reforzamiento de la seguridad común entre Cuba y Estados Unidos, que comprenda el Estrecho de la Florida, hay una clara implicación para México.
   En potencia puede haber una franja marítima en el costado oriental del Golfo de México con un mejor resguardo que ahora. Puede también preguntarse si esa nueva situación tiene la opción de convertirse en un pacto a tres bandas. Habrá que ver si de algo dan señales la semana próxima en Mérida los presidentes Enrique Peña Nieto y Raúl Castro.
   



    

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