Un
riflazo de Salvador Pérez por el derecho en la duodécima abrió el
domingo la recta final del triunfo a los Reales. Alcides Escobar
impulsó la cuenta final del equipo de Kansas City e impuso un récord
de imparables para torpedero en postemporada, con 23.
Pérez,
venezolano como Alcides, fue además el jugador mas valioso de esta
Serie Mundial, primer receptor que recibe esa distinción en 23 años.
Dos
cubanos estuvieron enfrentados: Yoenis Céspedes por los Mets y
Kendry Morales con los azules.
A
estas alturas ya es imposible cualquier reseña de un clásico de
otoño sin el protagonismo de los latinoamericanos. Esta vez hubo 19
peloteros de la región: un brasileño y el resto de la zona del
Caribe.
Para
este año había 230 jugadores extranjeros de los 868 anotados en los
rosters de las Grandes Ligas. Los peloteros de las Mayores que
nacieron fuera de Estados Unidos eran el 26.5 por ciento de la
plantilla total, un poco más que el año precedente (26.3).
Los
latinoamericanos son mayoría, con 83 dominicanos y 65 venezolanos a
la cabeza.
Hay
varias interpretaciones sobre este fenómeno, no necesariamente
excluyentes: una legislación que encareció al jugador local en
Estados Unidos; la prohibición de la pelota profesional en Cuba en
los sesenta; la academia que abrieron los Dodgers en la Dominicana en
los ochenta; el impacto proporcional del flujo migratorio...
Hechos
recientes quizás se añadan a ese paquete: en 2013 Cuba autorizó a
sus deportistas a contratarse en el extranjero; en 2014 la isla
volvió a la Serie del Caribe, de la que se había ausentado al
cancelar el beisbol profesional; y en 2015 las Grandes Ligas
aceptaron que peloteros cubanos jueguen en los circuitos
profesionales de la región, menos Puerto Rico.
Por
último, aunque no lo menos importante, la MLB tramita una licencia
oficial en Estados Unidos para establecer una relación formal con la
federación cubana de beisbol.
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