El escándalo de Los
Papeles de Panamá estalla
apenas un mes y medio después de que el país centroamericano salió,
junto con Argelia y Angola, de la lista gris de
naciones en entredicho por su fragilidad ante el lavado de dinero.
En su
más reciente reunión, el Grupo de Acción Financiera Internacional
(GAFI)
aprobó el desempeño del país y anunció que dejaría de
someterlo a su monitoreo.
El
GAFI es un mecanismo intergubernamental de supervisión, creado por
el Grupo de los Siete en 1989.
En su
plenaria en París, en febrero pasado, el GAFI reconoció “progresos
significativos” de Panamá, al establecer “el esquema legal y
regulatorio para cumplir sus compromisos” respecto a las
“deficiencias estratégicas” que el Grupo señaló en junio de
2014, cuando puso al país en la lista gris.
Una
clave del cambio fue la aprobación de una ley antiblanqueo en 2015,
que además de medidas contra el lavado y el financiamiento al
terrorismo, regula operaciones de entidades vulnerables como casinos,
despachos de abogados e inmobiliarias.
La Ciudad de Panamá. Foto Afp
Tras
la reunión de febrero, los países bajo sospecha mundial se
redujeron a 13, relacionados por colores, según su grado de riesgo.
En la
lista roja quedaron Irán y Norcorea, frente a quienes el GAFI
llama a tomar contramedidas de protección financiera. Las listas
negra y gris oscura quedaron vacantes, al salir Myanmar
y Laos, respectivamente.
En la
lista gris quedan un país latinoamericano, Guyana, y
Afganistán, Bosnia-Herzegovina, Irak, Papua Nueva Guinea, Siria,
Uganda, Vanuatu y Yemen, además de Myanmar y Laos, que fueron
reclasificados.
La
diferencia con las otras listas es que los grises identifican
y reconocen sus defectos, pero actúan con el Grupo para resolverlos.
Estar
en cualquiera de las listas del GAFI es una lápida sobre las
finanzas de un país. En distintos grados se le dificulta la
inversión y el crédito y sobre todo es una permanente sombra de
sospecha. Panamá cabildeó con fuerza su salida de la lista.
Pero
las pistas ahora reveladas sobre operaciones opacas y potencialmente
ilícitas durante más de tres décadas, giran de nuevo los
reflectores hacia el país, que está a punto de inaugurar la
ampliación del Canal y, según las previsiones, volverá a ser en
2016 el líder de crecimiento en América Latina (más del 6 por
ciento), muy por encima del promedio regional (0.2).
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