El gobierno y las FARC confirmaron que está pospuesta la fecha para la firma del acuerdo de paz.
“Después de tanto esfuerzo, después de tanto tiempo, si no hemos llegado el 23 a un buen acuerdo, yo le digo a la contraparte ‘pongamos otra fecha', porque yo no voy a cumplir una fecha con un mal acuerdo”, diijo Santos el miércoles en Bogotá.
Primero en La Habana y luego en Twitter la guerrilla mostró su coincidencia. El jueves el líder de las FARC Timoleón Jiménez (Timochenko) tuiteó que “para el 23 de marzo es materialmente imposible llegar a un acuerdo”.
De inmediato se desconocía una nueva fecha, pero es posible que los negociadores se abstengan esta vez de fijar un plazo fatal o bien lo pongan con algunos meses de distancia, a la luz de la experiencia.
El plazo previsto quedó bajo los reflectores en las últimas semanas, al coincidir con el viaje del presidente Obama a Cuba.
Puede que algo se firme cerca del 23 de marzo, pero en cualquier escenario la fecha límite ya no es una presión.
Los negociadores Humberto de la Calle, del gobierno e Iván Márquez, de las FARC, en La Habana en enero pasado. Foto Afp
Queda entonces un crítico tramo final, en el que la mesa de La Habana tiene que decidir:
-Cese del fuego bilateral y definitivo. Las partes tendrán que ajustar fechas y mecanismos para aplicar el acuerdo y el consecuente cese de hostilidades.
-Dejación de armas. Ya se sabe que las FARC no entregarán sus armas al Ejército, sino que el arsenal será destruido. Falta precisar cómo será ese procedimiento.
-Ratificación. Este es el punto más controvertido. El gobierno ya emprendió el camino de la convocatoria a un plebiscito, con el que busca conseguir el respaldo nacional para el acuerdo de paz. Pero las FARC insisten en que lo que está ocurriendo es la construcción de un nuevo orden jurídico y político, que merece una nueva constitución, por lo cual hay que convocar a una asamblea constituyente.
Fuera de la mesa, aún se tiene que designar a la misión desarmada de la Comunidad de Estados de América Latina y el Caribe (Celac) que verificará el cumplimiento del acuerdo y que estará presidida, por mandato de la ONU, por el diplomático francés Jean Arnault.
Arnault, con experiencia en misiones multilaterales en Pakistán y Guatemala, ya está involucrado en el proceso, como delegado de Naciones Unidas en una subcomisión en La Habana.
Con la firma del acuerdo apenas empezará el largo camino del posconflicto.
Aquí, sendas cronologías del proceso de negociación elaboradas, respectivamente, por las FARC y el gobierno.
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