martes, 6 de septiembre de 2016

Polémico asilo a Funes



    El asilo que otorgó Nicaragua al ex presidente salvadoreño Mauricio Funes (2009-2014) no parece el final de una persecución, sino el inicio de una polémica en la que vuelan alegatos de distintos calados y emergen sombras de duda.
   El primer punto es la naturaleza misma del asilo. Nicaragua lo otorgó, según el acuerdo oficial difundido este martes 6, para proteger la vida y la integridad física de un perseguido por su actividad política. Pero lo que hay en El Salvador es un juicio civil por enriquecimiento ilícito y una investigación por corrupción contra el ex mandatario, todo lo cual resume aquí el periódico digital El Faro.
   El segundo asunto abierto es por qué Funes, que ya estaba en Nicaragua en agosto, negó su pretensión primero ante una declaración pública del fiscal salvadoreño y luego ante el cuestionamiento del periodista Carlos Fernando Chamorro en Managua.
   Un tercer punto es la sorprendente posición del gobierno salvadoreño, emanado, igual que el de Funes, del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional, el FMLN, la antigua guerrilla. 
   Según el portavoz oficial, Eugenio Chicas, al gobierno salvadoreño no le corresponde manifestarse sobre el asilo y el ex mandatario puede sentirse perseguido por “otros actores”.



                                                               Mauricio Funes


   Funes había sugerido que sectores de extrema derecha, aún instalados en el aparato del Estado, quieren tomar represalias por acciones del entonces mandatario contra actos de corrupción.
   La diputada Nidia Díaz, del FMLN, manifestó “sorpresa” por el asilo y reivindicó la defensa de los derechos humanos en el gobierno del presidente Salvador Sánchez Cerén, ex comandante, igual que ella, de la insurgencia. Sin embargo Díaz respaldó la hipótesis de Funes sobre las acciones de la derecha. 
    El secretario general del FMLN,Medardo González, que en agosto había criticado la vida de lujos de Funes, evidenciada por una parte de las investigaciones judiciales, este lunes evitó hablar del asunto y dijo que su anterior declaración había sido “un error”.  
   Un cuarto enfoque es el que surge de la pregunta sobre el impacto que tendrá el caso Funes en el ejercicio multilateral de combate a la corrupción en Centroamérica, que parecía avanzar con un resultado sin precedente el año pasado:  nada menos que la caída del presidente de Guatemala, Otto Pérez Molina y su vicepresidenta Roxana Baldetti.

   PD:  El jueves 8 de septiembre, dos días después de que se hizo público su asilo, Funes ofreció una entrevista a dos medios ligados al gobierno local, el canal 4 de televisión y la revista electrónica El 19 Digital.
   Dijo que fue su propio partido, el FMLN, el que le recomendó asilarse, ante la sospecha de que en su país estaba en riesgo su seguridad física.  Y dijo también que por su cuenta ya tenía información de que “gente cercana a grupos de poder” intentaba llevarlo a prisión o incluso matarlo.
   A su vez, Medardo González, expuso el miércoles 9 lo que Funes contaría en Nicaragua un día después: que el FMLN recomendó el asilo. Aquí la entrevista:




    

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