domingo, 17 de enero de 2016

Venezuela: cambio de escenario


Dos hechos resaltan de la jornada del viernes pasado en Venezuela: la difusión de datos económicos oficiales después de un año de apagón estadístico y la realización sin contratiempos del informe anual del presidente con su réplica parlamentaria.
El Banco Central reportócon cierre al tercer trimestre, una inflación anualizada de 141.5 por ciento, una caída del producto de -7.1 por ciento y un déficit en la cuenta corriente de 5 mil 050 millones de dólares.
La decisión de reconocer esa y otras partes de la realidad económica mostró que citar los hechos no es un acto de “guerra”, como sugería el discurso oficial en los últimos meses.
En la ceremonia de Memoria y Cuentacomo se llama al informe de gestión del Ejecutivo, el presidente Nicolás Maduro acudió a una Asamblea Nacional dominada por sus adversarios, que lo escucharon.
El líder del congreso, Henry Ramos Allup, replicó y expuso la visión y la agenda opositoras. 


Ambos lados repitieron sus tesis: la “guerra económica” contra el “fracaso del modelo”. Discreparon hasta por el retrato de Bolívar.
Hubo gritos e interrupciones, pero mayoría y minoría se quedaron en sus asientos y todo se transmitió por la cadena nacional de radio y televisión.
Maduro movió ficha al proponer una Comisión de Justicia, Verdad y Paz sobre los hechos de violencia de 2014, en una contrapropuesta a la amnistía para los opositores presos que reclama la actual mayoría parlamentaria.
La iniciativa no satisface el reclamo, pero es más que la anterior posición oficial, cerrada por completo a tocar el punto.
La difusión de las cifras oficiales era indispensable para el decreto de emergencia económica que expidió Maduro.
El decreto no tiene medidas precisas, sino atribuciones de excepción para el presidente. Falta todavía que pase por la Asamblea, cuya mayoría opositora tendrá que optar entre darle plenos poderes a Maduro, negárselos o, como sugirió Ramos Allup, discutir el proyecto punto por punto.
El conflicto entre las dos grandes fuerzas cambia de escenario, pero con todo y la insólita contienda parlamentaria, el país no se derrumbó.

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