domingo, 9 de marzo de 2025

La OEA en la era Trump

 



  Como todo ahora en el tablero mundial, la elección de secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA) pasa por las coordenadas de la era Trump.

  Para suceder a Luis Almagro, el uruguayo alineado con Estados Unidos, que cumplió dos polémicos periodos, había dos candidatos: el canciller paraguayo Rubén Ramírez Lezcano y su colega surinamés Albert Ramdin.

  Una campaña de ocho meses había puesto a Ramírez Lezcano al alcance de los 18 votos necesarios, pero a última hora se le cayó el apoyo y su gobierno retiró la candidatura.

  “En los últimos días y en forma abrupta e inexplicable el Paraguay fue informado por países amigos de la región, con quienes compartimos un espacio e historia común, que modificaron su compromiso inicial con nuestro país y decidieron no acompañar finalmente la propuesta”, dijo un comunicado de la cancillería el 5 de marzo pasado.

  El aludido era Uruguay. El nuevo presidente, Yamandú Orsi, cambió a favor de Ramdin el voto que había decidido su antecesor, Luis Lacalle. Lo mismo hicieron algunos caribeños, Brasil y Chile se definieron en esa línea y así precipitaron un escenario distinto.

  Ramdin ya fue secretario general adjunto (2005-2010) pero será el primer caribeño que encabece la OEA.



Albert Ramdin, virtual nuevo secretario general de la OEA



  Este giro pudo ocurrir el 28 de febrero pasado en Montevideo, donde Orsi se reunió con sus colegas Luiz Inacio Lula (Brasil), Gustavo Petro (Colombia) y Gabriel Boric (Chile). El 4 de marzo, en un comunicado conjunto, esos cuatro gobiernos, más  Bolivia, anunciaron su apoyo al canciller de Surinam.



Yamandú Orsi (Uruguay), Gustavo Petro (Colombia), Luiz Inacio Lula (Brasil) y Gabriel Boric (Chile), en Montevideo, el 28 de fenrero de 2025. Foto tomada de la cuenta de X @petrogustavo


  Pero horas antes de esa reunión, The Miami Herald difundió una declaración en la que Mauricio Claver-Carone, el enviado especial de Trump para América Latina, decía que Washington estaba “altamente escéptico” de la OEA por su ineficiencia y burocratismo y veía “la mejor oportunidad” para que el Caribe dirigiera la organización.

  Es decir que abandonaba a su estrecho aliado, después de que Ramírez Lezcano fue en noviembre a Mar-a-Lago a visitar a Trump, ya presidente electo, se hizo las fotos de rigor y cabildeó sus planes con políticos latinos trumpistas de Florida.

  







El canciller paraguayo Rubén Ramírez Lezcano en Mar-a-Lago, con Donald Trump y Elon Musk, en noviembre de 2024. Imágenes difundidas en la cuenta de X @mreparaguay


  Con Andrés Manuel López Obrador, México vaciló entre el desdén por la OEA y la idea de desaparecerla. El 19 de diciembre pasado, Claudia Sheinbaum anunció que apoyaría con Petro a una mujer como secretaria general.

   Al final, la diplomacia mexicana  quedó paralizada. Ni hubo candidatura, ni este gobierno ha dicho qué le interesa -si hay algo- de la OEA y Sheinbaum no fue a la toma de posesión de Orsi, en la línea de ostracismo internacional de su antecesor.

  Tras una llamada telefónica con Boric, el 5 de marzo Sheinbaum anunció de soslayo el voto por Ramdin.

  En la prensa paraguaya y otros medios del continente circulan versiones de que está en camino una especie de incursión en gran escala de China en el hemisferio, por la vieja relación de Surinam con la potencia asiática o por el cónclave de Montevideo.

  Hace unos cuatro años Surinam había llegado al borde del colapso. Salía de la pandemia en recesión, con una deuda galopante, hiperinflación, desplome de la moneda y empobrecimiento masivo.  

  Quien lo salvó fue el Fondo Monetario Internacional, que aplicó un plan de rescate con fuertes restricciones al gasto, y en la práctica remplazó a los financieros chinos que, en efecto, habían actuado como prestamistas de última instancia de la ex colonia neerlandesa.

  Por otro lado, no parece que una entidad de la guerra fría, convulsionada por periódicos conflictos internos, asfixiada en sus finanzas y sin capacidad visible de concertación, represente mayor interés para China, que ya es un fuerte inversor y socio comercial en la región.

  Más bien hay que preguntar si Trump, que abiertamente repudia el multilateralismo y ya trazó sus objetivos en el hemisferio, tiene algún interés y de qué tipo en la OEA. Y, en consecuencia, que significa ahora esta vieja estructura para América Latina. 



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