domingo, 27 de noviembre de 2016

La familia de Fidel


     Cuando el Papa Benedicto XVI visitó Cuba en marzo de 2012, se sorprendió de que la esposa de Fidel Castro, Dalia Soto del Valle, fuera “devota y creyente”, según contó semanas más tarde el cardenal canadiense Marc Ouellet.
     El dato era nuevo para el Papa y también para todos los cubanos. La vida familiar de Castro se mantuvo durante décadas detrás de una impenetrable muralla de silencio y sólo en los últimos años aparecieron piezas que ayudan a reconstruir el entorno privado del líder.
     Versiones indirectas sugieren que Dalia fue determinante en el cambio de estrategia médica que permitió a Fidel sobrevivir a un inminente peligro de muerte, en diciembre de 2006.
     Pero la mujer todavía hoy es casi una desconocida para los cubanos.
     En la reunión con el Papa, en la Nunciatura Apostólica, sólo estaban Fidel, su esposa y los traductores. Al final se sumaron tres de los cinco hijos de la pareja: Antonio, el médico; Alex, fotógrafo de cabecera de su padre y Angel.
     Las imágenes de esa parte final del encuentro son de las pocas en las que se haya visto a Fidel Castro en familia. Sin embargo, apenas estuvieron unos segundos en la televisión local y sólo se publicaron en sitios digitales, poco visibles en la isla por el escaso acceso a internet.
     Los testimonios de quienes visitaron a Castro en los últimos años indican que Dalia fue una presencia constante, al lado de Fidel, durante su enfermedad. 
     A ella se le atribuye haber reclamado con tenacidad que se buscaran opciones, cuando fracasaba el tratamiento contra la diverticulitis, en el segundo semestre de 2006. 
     La salud de Castro se trató como secreto de Estado, por lo que esa versión es inverificable hasta ahora. Sin embargo, coincide con dos hechos: a) Fidel apareció reanimado en enero de 2007, semanas después del presunto cambio de estrategia; y b) en esa época cesó en sus funciones quien había sido el jefe del equipo médico presidencial, Eugenio Selman-Housein Abdo.
     Dalia era maestra en la campaña nacional de alfabetización, cuando la conoció Fidel en los años sesenta. Las versiones disponibles coinciden en que la vida en común fue a partir de 1980.


                   Fidel Castro y parte de su familia con el Papa Benedicto XVI, en 2012


  
Un misterio que cede 

     La vida con Dalia, igual que el entorno familiar del líder, quedaron ocultos durante décadas, fuera de cualquier referencia pública. Él mismo explica en Fidel Castro Ruz, guerrillero del tiempo (Casa Editora Abril, La Habana, 2011): “Puse en mi vida a la revolución y al futuro de la revolución por encima de todo lo demás…no se puede poner uno a pensar en los asuntos personales”.
     Fidel construyó su propia imagen bajo esa óptica, que lo ponía distante de la vida ordinaria de los demás y lo situaba en el ejercicio de una misión sin espacios familiares 
     De los primeros años de la pareja se conoce una foto con los hijos adolescentes. Sin embargo, el misterio empezó a diluirse en forma paulatina y discreta, cuando Dalia se dejó ver en público y pudo ser fotografiada.
     El paso del tiempo permitió confirmar que esa dama de cabellera rubia y ojos claros era la esposa de Fidel.
     Quizás su primera aparición notoria fue en 1999, cuando equipos de Cuba y Venezuela jugaron un partido de beisbol en La Habana, con dos peloteros especiales: Fidel y Hugo Chávez. Poco a poco aumentó la exposición pública de Dalia en los años siguientes.
     En 2010 el gobierno de Nicaragua distribuyó una serie de fotografías, cuando Daniel Ortega y su esposa Rosario Murillo visitaron a los Castro en La Habana, pero las tomas nunca se difundieron en Cuba. 
     Además de Alex, Angel y Antonio, hay otros tres hijos Castro Soto del Valle, todos con nombres que empiezan con “A”: Alejandro (segundo nombre de Fidel y su seudónimo en la guerrilla, ingeniero en computación) y Alexis (ingeniero mecánico).
     El primogénito de Fidel, que lleva su nombre, es hijo de Mirta Díaz-Balart, la primera esposa del fallecido líder cubano.
     Fidel hijo es físico nuclear, asesor científico del Consejo de Estado y tiene vida pública propia. Ha escrito libros y ofrece conferencias.
     Lo mismo ocurre con Antonio, ganador de un torneo de golf en 2013, y Alex, cuyas actividades ya registra la prensa cubana. A veces alguno de ellos tres hablan en público de su padre.
     En Fidel y Raúl. Mis hermanos, la historia secreta (Aguilar, México, 2009), Juana Castro cuenta que hay tres hijos de Fidel fuera de su matrimonio, nacidos en los años cincuenta: Jorge Angel Castro; Francisca Pupo, quien no lleva el apellido paterno y vive en Miami y Alina Fernández Revuelta, quien lleva el primer apellido del esposo de la madre, Natalia Revuelta, quien murió en 2015.
     Alina se fue de Cuba y se instaló en Miami, donde se convirtió en una ríspida adversaria del gobierno cubano. 

    Menos conocida es la ubicación de los nietos, pero al menos una parte de ellos vive fuera de Cuba.

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